Descripción:
Las reflexiones que suscita el trabajo realizado por el diseño, ya sea por los productos que genera, por los conocimientos a los que acude y que desata, o por las prácticas que realiza en lo profesional y en sus enseñanzas, ofrecen múltiples aspectos para ser abordados, dependiendo de aquello que precise ser caracterizado y afinado con la intención de seguir pensando la vasta superficie en que es posible suponer dicho trabajo bajo una significación. Proponemos su comprensión a partir de dos grandes categorías, en las cuales se centran las reflexiones acerca de su labor. La primera de ellas se refiere al planteamiento de los aspectos especulativos que constituyen al diseño: emergentes, sedimentarios y conceptuales, líneas con las que es posible dibujar una cartografía en donde se puede ubicar la práctica del diseño, no con la intención de trazar una cartografía descriptiva en el sentido de Humboldt, sino bajo la perspectiva íntimamente ligada con el entorno social y económico a la manera de David Harvey o Neil Smith; es decir, extendiendo la analogía, no se trata de trazar mapas que describan el territorio del diseño, sino de operar en la conciencia de que delimitar el espacio y señalar los temas de discusión, trazando fronteras y colocando las coordenadas que le dan lugar y lo ubican, es una forma de construir dicho territorio. La segunda consideración se refiere a los esfuerzos enfocados en una pormenorización y afinamiento de aspectos que señalan puntualmente los elementos que actúan en el territorio del diseño desde un imaginario conceptual y herramental. Se acude a éste para llevar a cabo la labor que realiza el diseño, sus procedimientos y fundamentación, desde un enfoque más aplicativo, es decir, la condición de techné del diseño, caracterizada como un saber práctico en el que se suma a la destreza manual el conocimiento de procesos y metodologías que permiten establecer una ruta para alcanzar el objetivo último en la solución de un problema relacionado con un individuo y su entorno.